Monitoreo de vacunas
Los registradores de datos son dispositivos esenciales de control de temperatura para refrigeradores y congeladores que almacenan vacunas. Lascar ofrece una gama de kits de monitoreo de vacunas que siguen las directrices de los CDC y el NHS y que incluyen un registrador de datos digital, una sonda de botella de glicol y un certificado de calibración.
La exposición excesiva a temperaturas demasiado calientes o frías puede provocar que las vacunas pierdan su potencia. La exposición continuada degrada aún más la potencia y, por desgracia, no se puede restaurar y la vacuna debe ser destruida.
El Centro para el Control de Enfermedades (CDC) recomienda que los refrigeradores que almacenen vacunas DEBEN mantenerse entre 2oC y 8oC (36oF y 46oF) y freezers almacenar vacunas entre -50oC y -15oC (-58oF y +5oF) y recomienda el uso de un registrador de datos digital para medir continuamente la temperatura de las vacunas almacenadas.
USB Vs WiFi - ¿Cuál elijo?
Usb
Los registradores de datos USB disfrutan de una larga duración de la batería (12+ meses) con una batería reemplazable por el usuario. Los usuarios son alertados de alarmas por un LED rojo parpadeante en el dispositivo. Una pantalla integrada muestra el registro máximo, mínimo y actual. Los datos se descargan manualmente conectando el dispositivo al puerto USB del PC. Estos registradores son las soluciones de vacunas de menor costo.
Wifi
Los registradores de datos WiFi permiten el acceso remoto a todas las lecturas a través de cualquier dispositivo habilitado para Internet con varios registradores vistos a la vez o mediante la aplicación EasyLog Cloud para iOS y Android. La unidad se puede programar para enviar notificaciones de alarma de correo electrónico instantáneas y una pantalla a bordo muestra el registro máximo, mínimo, actual y si la unidad está en alarma. Las unidades pueden funcionar desde baterías durante un máximo de 2 años (EL-MOTE) o pueden ser alimentadas por red eléctrica.
¿Por qué una botella de glicol?
Una sonda desmontable en una botella llena de un tampón térmico, como el glicol, es el reflejo más cercano de una vacuna real. Las temperaturas de las vacunas son más estables que la temperatura del aire, ya que el aire fluctúa cuando se abre la puerta. La suspensión de una sonda en un frasco sellado de glicol ayuda a evitar que el cambio en la temperatura del aire desentrañar las lecturas, por lo que imita la velocidad a la que las vacunas reaccionan a los cambios de temperatura, dando a los usuarios las lecturas más precisas.